lunes, 25 de junio de 2007

Esa maldita sustancia blanca

Todo comienza con un leve cambio de temperatura, el viento se vuelve muy frio, cortante. Ni hablar de la caminata callejera, muy dura, pero dura lo que el viento en cruzar la calle, calle que ya no habla, contempla al frio, que hizo que se callara. Luego las nubes comienzan a juntarse, negras como noche de invierno, ya no esperan. Sin pedirle permiso a nadie, se reúnen como tramando algo, luego de unánime desición, concluyen: es tiempo de arrojar una sigilosa, suspicaz y lastimosa lluvia. Ésta que se hace sentir, sin ningun tipo de escrúpulos, agrupandose con un amenazante viento, intentan, como cuchillos, penetrar violéntamente nuestra, lastimosa a esta altura, piel. Ya no hay abrigo que valga, nada hace que esta sensacion cese y finalmente llega, blanca como nube de enero.
Asi de linda, también asi de fea. Tan inocente que uno quiere perdonarla, porque claro, es blanca, como la pureza. Pero ésto no la hace mas buena, por contrario recuerda que nació en un cielo negro, como la injusticia. Ya conocemos lo fatal que puede llegar al ser un epidemia letal, pues en cierto sentido, yo la comparo con esto, o alguna genocida enfermedad. La ves caer, tapando, ocultando absolutamente todo, no lo ves? Esta ocultando nuestra vision, nuestra vida, de pronto ya no vemos nada.
Quien dijo que era linda? Quien dijo que era buena? Quien quiere conocerla? Para mi no vale la pena.

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